El festival de música electrónica de Kazantip,
en Ucrania, reúne a miles de chicas eslavas y hombres de la mafia que
buscan divertirse en el sol, tener sexo y bailar trance y eurohouse
Como
si fuera un rave congelado en los noventas, con glowsticks, animal
prints, energy drinks, alas de ángel psicodélicas y eurohouse pero con
lindas chicas ucranianas semidesnudas y rudos mafiosos rusos
explayándose, el festival de Kazantip sin
duda representa una experiencia sui generis, interesante especialmente
para aquellos que no tienen pudor y se entregan a la fiesta sin pensar
mucho en las consecuencias.
El
festival se celebra anualmente en el verano en el Mar Negro de Ucrania y
dura entre 5 y 6 semanas atrayendo hordas de jóvenes de la ex Unión
Soviética. De manera un tanto ridícula el festival se presenta a sí
mismo como si fuera una república soberana, exigiendo una visa y con un
gobierno dictatorial, jugando con la idea de la fiesta de fiestas y
estimulando a los participantes a fritarse en el sol de la península de Crimea.
Curiosamente
el origen del festival es un tanto virginal --las mejores fiestas, los
idilios suelen corromperse por las masas. Inicialmente se formó por una
serie de windsurfers que tenían el hábito de enfiestarse en las playas
paradisiacas de Ucrania después de deslizarse por el viento. Poco a poco
se fue corriendo la voz y acabo siendo un monstruo: como una versión
tropical (y un poco más sexy) del Love Parade.
Al
parecer la sexualidad en Kazantip es entendida de manera orgiástica
pero con una veta un tanto obscena a la spring break: se pueden observar
perros o niños realizando sexo oral a mujeres extasiadas --como puede
verse en el documental que realizó la revista Vice sobre este
rave--: una muestra de la decadencia y la belleza combinadas como suele
puede ocurrir en un rave en Ucrania que dura más de un mes y es un
abigarrado país de sexo, vodka y música electrónica chatarra.
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